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-Pero, ¿hay muchos fascistas en tu país?
-Hay muchos que no saben que lo son, pero se darán cuenta de ello cuando llegue el momento
Por quien doblan las campanas
Una
nación (ese concepto escarpado y réprobo) es su enunciado y es su
acción. Enunciado: invocación casi ritual de los signos que trazan su
fisionomía cultural: discursos, leyes, moral, Miss El Salvador: máscara
griega que nos define hacia afuera (hacia los otros) y hacia adentro (nos-otros). Acción: ese delicado proceso de contradecir el enunciado sin malograr tradición y nación (y, de ser posible, con el mínimo número -visible- de muertos).
Cuando el escritor, historiador y crítico del arte Héctor Ismael Sermeño aborda la modernización de la Universidad de El Salvador: 1901-1951*
sabe -o presiente- estar ante la posibilidad de echar a perder las
cariátides que con tan laboriosa estética adornan las columnas de la
nación (con mayúscula).
(*Sinopsis
piadosa: El Pulgarcito con las intenciones más grandes de modernizarse.
Oleadas esporádicas de fábricas y bulevares se alternan con represión y
conservadurismo en dosis precisas y controladas.)
De entrada nos regala una joya: Ninguna buena universidad del mundo es para todos los que quieran estar en ella.
Fórmula modesta. Sin mucha habilidad evade la indiscreción de un:
«Porque, a decir verdad, ¿cuántos ingenieros puede necesitar una
república bananera?». Pero su intención es doble y, vista desde Miami,
noble: se lo digo a Juan para que lo entienda Pedro. Enuncia el
pretérito con esperanzas muy serias de justificar el presente.
La
Universidad, 1841. El Salvador todavía náufrago de la independencia. El
lecho casi feudal de la nación criolla no fructificó en grandes
proyectos de estado-nación. Mutatis mutandis. Colonia deviene hacienda con presidente.
Ya entrado el siglo XX, el país, ese eterno tinglado de proyectos y benefactores blancos, ofrece miradas lascivas a la palabra modernidad, coquetea con la consagración nominal-constitucional de la igualdad. La enseñanza es libre: la primaria,
es, además obligatoria. La enseñanza que se dé en los
establecimientos costeados por el Estado, será laica y gratuita, y
estará sujeta a los reglamentos respectivos (1886).
Piedra de tropiezo: si el enunciado de nación burguesa exige la
educación como decoro mínimo para la modernidad, ¿cómo resuelve su
intransigencia universitaria? (Legado modelo: Para
2013 un poco más de 24 mil estudiantes egresados de bachillerato buscan
ingresar a la Universidad de El Salvador. El rector, Mario Roberto
Nieto Lobo, aseguró que los cupos previstos rondan los diez mil).
Sermeño se detiene, aventura la propuesta gastada: una buena educación es privilegio reservado a la élite (añade intelectual para no pasar por sibarita, categoría recién pasada de moda en el establishment
intelectual). Progresistas del mundo: respiren. Cuando ni Dios ni la
bandera puedan defender el modelo, recurrir a las esdrújulas. Psicopedagógicamente. (diferencias individuales, las que psicopedagógicamente clasifican a los estudiantes). Traducción impía: algunos Homo sapiens nacieron para maitros de obra.
ii.
Ego te absolvo.
Entre
1968-1969, la antropóloga Sally Falk Moore realizó trabajo de campo en
Kilimanjaro entre los Chagga, comunidad rural, agricultora, solidaria.
El ideal solidario de los Chagga hace difícil la marginación de
cualquiera de sus miembros. Cuando durante ese período se enfrentaron a
una escasez de recursos (principalmente territorial), algunos individuos
y/o familias se vuelven un excedente insostenible para la comunidad.
¿Quiénes? Y, sobre todo, ¿cómo deshacerse de ellos? La solidaridad
apremia.
Progresivamente
se margina a aquellas familias menos solidarias, menos propensas a
compartir el ternero recién destazado, la lácteos de ubres secas. Marginación
que invita a migración. Eventualmente aquellos solidarios frustrados se
van, dejando territorios que se incorporan a la comunidad. Cosa curiosa:
aquellos menos dados al compartir eran los mismos que enfrentaron de
forma más aguda la escasez de terrenos: las familias a las que se les
había adjudicado menos terrenos, con menos cultivos y menos animales. El
efecto justifica la causa.
En el espejo de la comunidad (nos-otros), su ideal se mantiene: fueron los menos favorecidos los que se auto-marginaron por ser solidarios incapaces.
Sermeño peca de cualquier cosa salvo de original. Una mirada cercana a su palabra mágica (psicopedagogía) revela lo siguiente:
(From
Sameroff AJ, Seifer R, Baldwin A, et al: Stability of intelligence from
preschool to adolescence; the influence of social and family risk
factors. Child Develop 1993;64:80–97.)
Más factores de riesgo social, menos psicopedagogía.
Ud.
no merece incorporarse a la Universidad. ¿Por qué? Porque tuvo un
exceso de factores de riego social en su infancia ¿Por qué? Porque sus
progenitores no merecieron incorporarse a la Universidad.